domingo, 20 de julio de 2014

Ninfomanía: Una perspectiva de aproximación





















































A pesar de lo que se suele pensar, la ninfomanía no es como tal una adicción al sexo, no es una adicción, es sólo un trastorno de hipersexualidad: la presencia de un deseo constante y constantemente insatisfecho, que empieza de nuevo tan pronto se apaga.

Debido a esto, sería inadecuado concebirla como una dependencia física o mental, sino que se trata más bien de un vacío dentro del individuo, de una necesidad mucho más profunda.

La forma en que es presentada la ninfomanía en el filme puede ser comparada con las pulsiones concebidas desde la perspectiva del psicoanálisis.

En este marco teórico, las pulsiones son impulsos que buscan liberar la tensión psíquica y corporal, alcanzando un estado de satisfacción temporal. La pulsiones nunca quedan completamente satisfechas, por lo que el deseo regresa una y otra vez, aunque en general puede ser controlado; asimismo, la pulsión no tiene un objeto ni forma específicos, es decir, la satisfacción puede ser obtenida de muchas maneras distintas, al elegirse diversos medios para alcanzarla.

Las eróticas, junto con las de muerte, son unas de las pulsiones más básicas y primitivas, ya que se experimentan desde la primera infancia y nunca dejan de hacerse sentir.

Y aunque todo individuo tiende a la satisfacción del deseo como es dictado por las pulsiones, la satisfacción total es imposible, no sólo porque el sujeto está condenado a experimentar de nuevo la influencia de la pulsión, sino, sobre todo, porque la vida social implica el abandono o retraso de la satisfacción.

La vida social es, antes que nada, renuncia a lo individual: el sujeto debe negar parte de su libertad y debe reprimir parte de su deseo con el objetivo de funcionar socialmente, de poder colaborar para el beneficio social que, en última instancia, es también beneficio individual.

El intento de obtener satisfacción a toda cosa, la sumisión al deseo y a la influencia de las pulsiones, entonces, tiene necesariamente consecuencias nefastas: al abrazar el deseo y la satisfacción individual, se ponen en peligro los vínculos sociales, el individuo queda aislado, porque la sociedad no tiene espacio para él y porque él no está interesado en la sociedad ni en aportar nada a ella.

Joe, la ninfómana, entonces es justamente la encarnación de este problema: ¿qué pasa cuando un individuo es incapaz de reprimir su deseo, cuando es abrasado por una insatisfacción infinita a la cual no puede sustraerse?

El filme, entonces, a través de sus anécdotas, busca acercarse a este problema, no para resolverlo, sino simplemente para explorarlo.


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